domingo, 4 de noviembre de 2012

¿SOMOS CAPACES?


POR UN GRAN PACTO CONTRA EL INDEPENDENTISMO

Si, totalmente de acuerdo con el segundo titular, que tomo prestado de un artículo publicado recientemente por Rosa Díez en su blog personal, y además ilusionado ante la posibilidad de que pueda llegar a darse dicho pacto.
Pero los días avanzan y nos acercamos inexorablemente hacia la fecha en la que se ha convocado, no unas elecciones autonómicas, sino un plebiscito ilegal y traidor bajo el formulismo de unas elecciones autonómicas, y la posibilidad de dicho pacto cada día parece más remota.
Y después de este largo fin de semana, en el que ha habido tiempo para leer y pensar sobre lo leído, la necesidad de ese pacto todavía se hace más necesaria. Sobre todo porque el pacto a favor del independentismo está más que cerrado, hasta el extremo de que se plantea sin ambages  el préstamo de votos temporal hacia CIU con el fin de conseguir una mayoría amplia. Se supone que esos votos prestados serán recompensados con generosidad una vez que, conseguida la independencia, sean menos a repartir.
En este estado de cosas, la lectura del artículo de Rosa Díez, abogando por un pacto contra el independentismo, me ha supuesto un atisbo de esperanza pero que según avanzaba en su lectura, esta  iba desapareciendo.
Uno que está acostumbrado a ver a Rosa Díez defender los postulados de nuestro partido, tomando la iniciativa y enfrentándose al PSOE y al PP sin reparos y, digamos, con cierta osadía, no entiende que a esta alturas de la historia se limite a ofrecerse para un pacto con el PSOE y el PP, que son los únicos, que públicamente y en la intimidad, han permitido que la situación de España en general y la de Catalunya en particular haya llegado a este punto. ¿Por qué se hace este ofrecimiento pasivo de un pacto al PSOE y al PP?  ¿Con criterios se ha contado a la hora de evaluar su aceptación? ¿A caso el PSOE y el PP han cambiado las palabras y los hechos que han mantenido  hasta ahora? Y que conste, cualquier posibilidad de pacto es siempre positiva.
Lamentablemente, la razón de este ofrecimiento parece estar más relacionada con la mala conciencia de no ofrecer y liderar un pacto con Ciudadanos que con posibilidades reales de que pueda llegar a darse.
Además me cuesta trabajo aceptar, a pesar del “mantra” oficial de que UPYD es un partido nacional y Ciudadanos un simple partido regional, de que se ofrezca un pacto a unos partidos que, ni de hecho ni de palabra, dicen lo mismo en todos los rincones de nuestra querida España y, en cambio, se niegue la posibilidad de un pacto con el único partido que, aunque sólo en Catalunya, dice, de palabra y de hecho, lo mismo que UPYD.
Quedan pocos días para que se inicie la campaña electoral pero espero que se recapacite y teniendo en cuenta, cómo dice Rosa Díez, que lo que nos jugamos en estas elecciones, a parte de las  legítimas aspiraciones partidarias, es  la pura supervivencia política, que por patriotismo constitucional lideremos un pacto con Ciudadanos que arrastre a todas esas asociaciones del mundo civil, que tienen los mismos planteamientos y objetivos que nosotros en el orden constitucional, (Impulso Ciudadano, Convivencia Cívica, Ágora Socialista, Asociación por la Tolerancia, etc.), y planteemos un frente sólido y lo más amplio posible que impida la deriva totalitaria del nacionalismo catalán.
Y desde luego, si a este pacto se adhieren el PSOE y el PP, perfecto, pero esto es como soñar que la nieve ardiera, como dice una popular jota. Han tenido treinta años para resolver este asunto y han sido incapaces, no ya de conseguirlo, sino ni siquiera intentarlo, (y por lo que se ve, prefieren llegar a la insignificancia electoral antes que a resolver el problema).
Que UPYD no mire hacia arriba, que de ahí no nos va a venir nada, miremos hacia los que quieren ser o son  como nosotros y busquemos las complicidades necesarias que nos permitan luchar con éxito contra el nacionalismo excluyente.
Si para conseguir esto UPYD tiene que retirar su candidatura para las próximas elecciones y apoyar decididamente la opción de Ciudadanos, UPYD tiene la obligación de hacerlo por ética constitucional y por fidelidad a nuestro ideario de no buscar los éxitos partidarios sino la solución de los problemas de los ciudadanos.
Tomar esa decisión  lo único que aportaría a UPYD son ventajas. Desde el punto de vista de la estrategia electoral, las posibilidades de conseguir un buen resultado en términos electorales  son mínimas. Tal como se ha demostrado en anteriores convocatorias electorales y las encuestas auguran. A este respecto es interesante constatar, tal como ha sido puesto de manifiesto por los equipos que han recogidos firmas para el proceso electoral, que mucha gente a manifestado su simpatía por UPYD, concediendo su firma, pero también manifestando su decisión de votar a Ciudadanos. Luego por este lado tenemos poco que perder.
En cambio, apoyar a Ciudadanos nos aportaría la satisfacción de haber aportado nuestro esfuerzo a conseguir un mayor frente constitucional, (a todo el mundo se le alcanza que no es lo mismo conseguir seis diputados que siete o más); facilitaría el contacto entre dos partidos políticos que son y han de ser imprescindibles para organizar una alternativa seria al los dos partidos tradicionales actuales, (si en UPYD todavía hay alguien con la idea de que solos y teniendo una aceptación mínima en Catalunya podemos ser una alternativa de gobierno a los partidos tradicionales o es un insensato o…un iluminado); ya se acepte o no el pacto, no solo nadie podría achacar a UPYD que no sabe sacrificarse por el bien común, sino que los ciudadanos sabrían valorar dicho gesto en próximas elecciones y, en  fin, demostraríamos que a diferencia de lo que hacen los demás partidos, en UPYD se respeta el ideario y antes de los intereses meramente partidarios, están los intereses de los ciudadanos, en este caso, de Catalunya.
Dadas las circunstancias me gustaría acabar respondiendo a la pregunta de sobre si somos capaces  de promover y liderar un pacto constitucionalista con Ciudadanos, (a pesar del posible y mínimo riesgo que provocara una decepcionante negativa), diciendo que sí de una forma totalmente inequívoca. Espero que así sea.
Angel Milla
Afiliado UPYD