domingo, 15 de marzo de 2015

¿HAY OPCIONES PARA UPYD?



Para mi decepción, y creo que para la de muchos españoles, lo que aventuraba hace un par de años al final se ha confirmado, Rosa Díez no ha sabido ser la solución y su falta de cultura democrática, junto con su soberbia y vanidad, le ha llevado al enfrentamiento con una opción política prácticamente igual a UPyD y a la descalificación barriobajera. Y en este enfrentamiento los ciudadanos parece que ya han tomado una decisión, y ésta, como era de prever, por mucho que se empeñen algunos en lo contrario, vaticina la desaparición práctica de UPyD.
Ahora asistimos a lamentos pueriles propios de incompetentes, que no solo no supieron resolver los problemas políticos planteados cuando tuvieron ocasión, sino que se negaron a escuchar a aquellos que les aconsejaban sensatamente sobre los mismos. (Una situación que recuerda, en demasiados aspectos, a la actitud del Gobierno anterior en los momentos previos a la crisis económica).
Incompetentes que son incapaces de ver que los problemas de UPyD no vienen de extrañas conspiraciones políticas ni de oscuras maniobras periodísticas, sino de la soberbia y de los comportamientos antidemocráticos de los que ha hecho gala la dirección en los últimos siete años y que, a la postre, están  pesando más en el ánimo de los afiliados, y por ende en el de los ciudadanos, que las muchas acciones positivas que ha  realizado UPyD.
Y hablar de comportamientos antidemocráticos nos llevaría a hablar de promover votaciones en negativo, porque el candidato que se presenta a primarias no es del agrado de la dirección; de anular listas electorales, aprobadas por la Asamblea Territorial correspondiente, por no incluir a las personas del agrado del Consejo de Dirección; de suspender Consejos Territoriales, porque son críticos con el Consejo de Dirección, aplicando draconianamente los Estatutos; de no suspender un Consejo Territorial, afín al Consejo de Dirección, a pesar de demostrarse que se eligió falsificando votos; de expedientar a afiliados críticos simplemente por eso, por ser críticos con el Consejo de Dirección; de anular elecciones democráticas a un Consejo Territorial, alegando hechos banales, porque la opción que ganó era crítica con el Consejo de Dirección; de vetar a afiliados, para impedir su inclusión en las listas electorales de las próximas elecciones municipales, por el simple hecho de ser críticos con el Consejo de Dirección y para acabar, a hablar de que, en reciente proceso de primarias, la Comisión Electoral no ha tenido el más mínimo reparo en mentir y la Comisión de Garantías, añadiendo una gran dosis de cinismo, tampoco ha tenido ningún reparo en dar por adecuado un comportamiento contrario a nuestros Estatutos, con tal de favorecer a un miembro del Consejo de Dirección.
Y son estos comportamientos, y no esas teorías paranoicas de las conspiraciones, que defienden los miembros del Consejo de Dirección y todos aquellos incapaces de ver con ojos críticos y cegados por ambiciones personales, lo que ha llevado a UPyD a la situación actual.
No han sido ni sus ideas ni sus propuestas las que han llevado a UPyD a una situación de casi desaparición, ya que estas ideas y propuestas que, con algunas variaciones, está defendiendo Ciudadanos, cuentan con una considerable aceptación por parte de los ciudadanos.
Y después de este desahogo y cuando estamos a una semana de las elecciones al Parlamento Andaluz, cuando UPyD no  aparece en ninguna encuesta con opciones a conseguir representación, cuando todo indica que no alcanzará los resultados de las anteriores elecciones y que la tendencia es la misma en todo el territorio nacional, ¿Qué hacemos?
En primer lugar habría que plantearse si UPyD tiene posibilidades de subsistir en el actual panorama político. Mi opinión es que no, o son mínimas, y por estas razones:
.- UPyD ha perdido la iniciativa y su espacio lo ha ocupado una opción política, que es prácticamente igual, y que ofrece a los ciudadanos españoles una política de generar mayorías mediante la unión con otras fuerzas políticas. Esto se percibe como positivo y, en cambio, la opción de UPyD de creerse los únicos capaces de resolver en solitario  los problemas de los ciudadanos es negativa. No puede ser que todos sean malos y UPyD el único bueno. Además, los ciudadanos están viendo que  el PP y el PSOE se han puesto nerviosos, pero no por UPyD, ni siquiera por PODEMOS, sino por Ciudadanos, lo que de alguna forma confirma su estrategia.
.- La otra razón es la actual dirección de UPyD y, especialmente, la figura de Rosa Díez. Durante siete años tuvo oportunidad de haber neutralizado a C,s, y en vez de eso se dedicó a ignorarlo y ningunearlo. Ahora lo que ven los ciudadanos es que Albert Rivera le ha ganado la partida y que ella es la perdedora.
Si a esto añadimos su dilatada vida política, su pasado en el PSOE, su época de eurodiputada, (sicav incluida), su deseo de presentarse a una tercera legislatura, (habiendo forzado un cambio estatutario para que esto sea posible), el previsible desastre en las elecciones andaluzas, (que aunque se empeñen en achacarlo a los críticos o a que los afiliados no han trabajado suficiente, acabará señalando a la dirección), y la forma tan autoritaria de dirigir el partido, las previsiones ante un nuevo reto electoral, como serán las municipales, son poco menos que catastróficas. De las próximas generales, ya ni las contemplo.
En mi opinión, las mínimas opciones de subsistir para UPyD, en la actual situación política, pasarían por conseguir, por difícil que sea, una coalición con C,s. Mantener el enfrentamiento significa la liquidación de UPyD, salvo que ocurran hechos excepcionales o C,s cometa algún error.
Ahora bien, para pensar en esa posibilidad hay que  provocar la dimisión de Rosa Díez y su equipo. Y esto se presenta realmente difícil dada la poca unión que presentan los diferentes grupos críticos, la poca disposición de ella a dimitir y la constante baja de militantes que debilita a aquellos.
Los dos grupos crítico más visibles son los que se aglutinan alrededor de los eurodiputados Calvet y  Maura. Habría también un grupo de afiliados que siendo críticos con la dirección de UPyD, no acaban de sentirse cómodos en ninguna de las dos iniciativas. El resto de afiliados se encuadrarían entre los que siguen a rajatabla a la actual dirección y los que, teniendo una posición no muy definida, prefieren esperar a las municipales, por ver que pasa o por esperar conseguir alguna concejalía.
En esta situación si Calvet y Maura, como cargos electos de UPyD, y al margen de sus ideas e interese concretos, acompañaran un movimiento o actuación que, en combinación con el estado de opinión generado por los resultados de las elecciones andaluzas, tuviera el objetivo de provocar la dimisión de Rosa Díez, quizás se pudiera pensar en el éxito de dicha actuación. Una reunión de todos los que hoy somos críticos con la actual dirección, más los que se harán críticos después de las andaluzas, ante la sede de UPyD pidiendo la dimisión de Rosa Díez podría tener éxito.
La posibilidad es remota, pero es la única que yo veo para que UPyD pueda subsistir o, en el peor de los casos, para que el proceso de extinción sea lo menos traumático posible.
O practicamos la unión sobre interese comunes o desaparecemos. Y ahora, el único interés común a todos los que somos críticos con el actual Consejo de Dirección, es precisamente ese, el estar convencidos de que quién ha hundido a UPyD es Rosa Díez y su equipo.
El empeñarnos en si C,s defiende lo mismo que UPyD o no, o si es mejor crear corrientes o asociaciones, o si es mejor esperar a después de las municipales o no,  es ir directos a la desaparición, o lo que es peor, a que se enquiste Rosa Díez en un escuálido partido, con unas decenas de concejales, algún diputado regional, dos eurodiputadas y no más. Y digo dos eurodiputados, porque dudo que Rosa Díez y su entorno permitan que en un futuro próximo Maura y Calvet sigan siendo eurodiputados de UPyD.
Las posibilidades son escasas e inciertas, pero en mi opinión es lo único que hay. Personalmente tengo pocas esperanzas de que lo que he escrito llegue a materializarse, y que tiene más de deseo que de realidad,   pero es un último intento por evitar la desaparición de UPyD. Si alguien más ve positiva  esta idea, o tiene otra mejor, que lo diga.
Angel Milla