Lo que se rechazaba de una forma incomprensible, (y con
pobres argumentos), y además desde la
dirección de UPyD no se quiso ver, acaba de
materializarse. C,s , dentro de un proceso lógico y totalmente
previsible, se vuelve a presentar a nivel nacional. Y esta vez parece que la
decisión no se ha tomado a la ligera, como ocurrió cuando C,s se presentó a las elecciones generales de 2008,
ni apareciendo con extraños acompañantes, como ocurrió en las elecciones
europeas del año 2009.
Del análisis del movimiento realizado por C,s se desprende
una única y clara conclusión, C,s pretende hacer lo mismo que UPyD, y esto, dependiendo como se gestione y
qué pasos se den a partir de ahora, no solo es inconveniente para UPyD, sino que es inconveniente para
España. Y no podemos caer en la descalificación pueril de C,s con argumentos
del tipo “nosotros ya estábamos aquí” o similares. C,s ha tomado una decisión
política que nos afecta y hay que actuar en consecuencia, guste o no. Bueno,
también se puede aplicar el estilo del Presidente del Gobierno, esto es, no
hacer nada y esperar que el tiempo resuelva.
El manifiesto publicado por C,s, aunque formalmente quién lo
publica es la plataforma denominada Movimiento Ciudadano, coincide punto por
punto con ideas programáticas de UPyD.
Se podría esperar que algunas de estas ideas matizarán algún aspecto del
ideario de UPyD, pero ni eso es posible encontrar en el citado manifiesto.
Anunciando una presentación a nivel nacional, C,s priva a
UPyD de uno de sus más característicos eslóganes, el de ser un partido nacional
que dice en todos los lugares de España lo mismo.
Y si en los ideales y en el ámbito de actuación el parecido conseguido
es extraordinario, también C,s consigue un gran parecido en lo referente a las
personas, al incorporar a este plataforma la figura del ex ministro socialista
Antoni Asunción, además de las diferentes personalidades que, desde diferentes ámbitos,
han manifestado un claro apoyo al líder de C,s
La forma en que C,s da este paso es interesante y se presta a
dos interpretaciones. Una es que ante la incertidumbre del apoyo que pueda
generar C,s en el resto de España, y para no comprometer al partido, se crea
una plataforma que, si no genera el apoyo esperado, se disuelve sin más. Otra
interpretación es que, sabiendo que un enfrentamiento con UPyD conlleva unos
riesgos elevados, además de ser tremendamente perjudicial para los ciudadanos,
se ha preferido dar un paso intermedio, con el que se anuncian unas
intenciones, pero dejando un amplio margen para la negociación política.
Independientemente de estas dos interpretaciones, la realidad
es que este movimiento es el primer paso de C,s en el ámbito nacional. Y este
primer paso lleva directamente a encontrarse con UPyD en las próximas
convocatorias electorales.
Y ante este hecho cabe preguntarse, parafraseando al premio
Nobel, ¿Estamos ante la crónica de una unión anunciada o ante la crónica de un
enfrentamiento anunciado?
En el primer caso los ciudadanos, y con ellos España, ganarán
y en el segundo caso, quizás uno de los dos partidos llegue a superar al otro,
(o lo parezca), pero los ciudadanos y España perderán otra gran oportunidad.
Ya lo he expresado muchas veces, la unión de UPyD y C,s daría
lugar a un gran partido de centro que, cuando menos, sería un contrapeso
fundamental para corregir políticas erróneas del PP y del PSOE. Y es más que
probable que fuera un extraordinario socio de gobierno.
Que esta unión depende de que las direcciones de los dos
partidos tengan voluntad real de unirse es obvio, (no creo que sean los
afiliados los que se oponen a esa unión o colaboración),pero una de las dos
tendrá que dar un primer paso en esa dirección. Hasta ahora UPyD siempre ha
rechazado los hipotéticos pactos que ha propuesto C,s sin llegar a
considerarlos, con lo que no se ha podido evaluar la realidad de esos
hipotéticos pactos. Ahora C,s ha puesto en marcha una plataforma para aglutinar
a una sociedad civil que comparte unos ideales reflejados en el manifiesto
publicado. Ideales que coinciden con los ideales defendidos por UPyD. Estas dos circunstancias, el que sea una
plataforma ciudadana lo que propone C,s y el que los ideales sean prácticamente
los mismos, deberían facilitar el acercamiento de UPyD a C,s Si desde UPyD se
piensa en los intereses de los ciudadanos por encima de los intereses de
partido, UPyD debería aprovechar la ocasión, antes de que esta plataforma se
derive formalmente en el partido político Ciudadanos, para apoyarla y firmar su
manifiesto. E iniciar de esta forma un proceso de evaluación y sondeo de la
voluntad de C,s de llegar a un pacto político por España. Así mismo, si en C,s
domina el interés por los ciudadanos y
por sus problemas y no el mero interés partidista, también mostrará su voluntad
por el acuerdo.
Ya he insistido muchas veces en que el enfrentamiento no lleva a ningún
lado, más allá de satisfacer la vanidad personal de los líderes de ambos
partidos, y que por separado ninguno de los dos partidos van a llegar a ser
verdaderas alternativas de poder. Como mucho, lo más previsible es que puedan
ser decisivos en alguna ocasión, como partidos minoritarios, para formar
gobierno y esta circunstancia, cuando se ha dado y se ha dado demasiadas veces,
no ha sido especialmente buena para los intereses generales de España.
Ya que C,s ha decidido tomar esta iniciativa política cuando
en UPyD estamos a las puertas de celebrar nuestro congreso, aprovechemos la
ocasión para tomar una gran decisión política y retomar la iniciativa.
En definitiva, espero que por el bien de España estemos ante
la crónica de una unión anunciada y no ante la de un enfrentamiento.
Angel Milla
En mi opinión, quizá no estemos ni ante una cosa ni ante la otra, pues tanto la unión como el enfrentamiento parecen alejarse más y más.
ResponderEliminarIntento explicarme.
En la política, como en la música y en el ajedrez, los tiempos –más exactamente los no-tiempos- son fundamentales: en el primer caso como compases de espera y en el segundo como jugadas de espera. Recordemos que, cuando parecía que C’s tenía la sartén por el mango, porque había tenido un notable éxito al conseguir tres actas de diputados para el Parlamento catalán, fueron a intentar esa unión que tanto te gusta, apreciado Ángel, visitando a Rosa Díez, con la seguridad que ese “éxito” les confería una ventaja, por lo que fueron a aquella reunión con esa sensación, lo que quizá les valió la negativa de la veterana política, ya que los neófitos no tuvieron en cuenta que la prioridad de UPyD en ese momento era el posicionamiento a escala nacional, lo que le podía permitirse un tiempo de espera, en esos momentos fundamental para ellos. (Quizá, por lo que se comentó, tuvo su influencia el no haber elegido bien todos los miembros que se enviaron desde C’s).
UPyD ha ido creciendo cada vez más, seguramente por su buena gestión, hasta ahora. En estos momentos, con la aparición del Movimiento Ciudadano, las cosas pueden cambiar sustancialmente y en sentido inverso, pues a nadie se nos oculta que Albert Rivera es un gran seductor, que está atrayendo hacia su proyecto a grandes sectores tantos de una tendencia como de otra, además de un amplio sector del mundillo mediático y, dependiendo de las decisiones –o indecisiones- del PSOE puede llevarse detrás no solo a una parte de su electorado, sino de su militancia; lo cual naturalmente multiplicaría ese electorado. También, podría producirse un efecto similar en UPyD s,i en ese nuevo congreso que anuncias, Rosa Díez no aparca esa tendencia que parece tener –o se la suponen muchos de sus seguidores, que para el caso es lo mismo- a la imposición.
En ese terreno de juego, como es fácil de entender, las tornas se habrían cambiado y quien podría hacer su jugada de espera, podría ser Rivera, con lo que la unión, parece que se seguiría postergando, quizá indefinidamente.
Y llegados aquí, ya ves, ni siquiera el enfrentamiento tendría por qué producirse.
En cualquier caso, y en mi humilde opinión, tampoco creo que quienes tenemos una sensibilidad próxima a cualquiera de estos dos partidos tan similares, o los dos, llega o llegan a ser decisivo para el gobierno de España, y propician un cambio de la Ley Electoral, que es lo que ahora es más preciso, para que los partidos nacionalistas dejen de ser “bisagras”, de una vez por todas.
Saludos,
Juan