Como ya he expresado en numerosas ocasiones, soy un
acérrimo defensor de la colaboración entre C,s y UPyD y me anima el leer
comentarios y escritos de otros compañeros que también participan de dicha
idea.
He participado en la iniciativa por un congreso
extraordinario urgente y he prestado mi firma a todos los escritos que se han
enviado al CD, pero considero que en estos momentos hay que tomar otras
iniciativas que puedan tener una mayor influencia en la situación política de
España. No pretendo dividir ni restar apoyos a otras iniciativas que intentan
regenerar a UPyD sobre la base del manifiesto fundacional, si no todo lo
contrario, pretendo dar motivos para una mayor unión poniendo en marcha una
iniciativa que pueda generar un amplio apoyo.
Aunque la actitud del Consejo de Dirección me
inclina más por el enfrentamiento y por dar a conocer el autoritarismo y la
falta de democracia interna en UPyD, la proximidad de las elecciones y el daño
que se causaría a los ciudadanos españoles, si UPyD no es un actor principal en
el nuevo escenario político que se adivina en el futuro próximo, me
inclina a decidirme por buscar la colaboración entre UPyD y C,s.
Esta iniciativa, no solo no es excluyente con la
necesidad de un congreso extraordinario, si no que conduce directamente a él.
Si los resultados electorales ratifican la colaboración entre C,s y UPyD, será
inevitable un congreso extraordinario que deberá analizar la posible fusión de
ambos partidos. Y si no se alcanza la colaboración entre ambos partidos y se
concurre por separado, los malos resultados que se pronostican para UPyD nos
abocarán a un congreso extraordinario y urgente para recomponer el partido ante
las elecciones generales.
Como escribí hace unos días, creo que es el momento de
intentar que esa colaboración de materialice.
Y creo que es el momento por las siguientes razones:
- - Estamos en un año electoral y las perspectivas no son buenas ni para UPyD ni para C,s, más allá de que las direcciones de ambos partidos puedan considerar un éxito obtener más votos el uno que el otro. Pero en solitario no dejarán de ser minoritarios y con escasa capacidad de influencia real sobre el sistema político de España
- - Después de abandonar las negociaciones con C,s y renegar de ellas, parece que algún cambio se ha producido en la forma de pensar del CD, como prueban esas declaraciones de UPyD Catalunya, dando un primer paso y proponiendo un pacto que, en principio, sería de alcance autonómico, pero que en lógica política invita a pensar en que se podría extender al resto de España.
- - Las fechas de las próximas elecciones municipales todavía dejan margen para la presentación de listas conjuntas. Listas conjuntas que se podrían confeccionar fusionando las listas de C,s y UPyD con algunas reglas más o menos simples. De este modo quedaría claro a qué partido pertenece cada edil elegido e ideológicamente estamos tan cercanos, mal que les pese a algunos, que no debería ser tan difícil la colaboración. Así se aprovecharía la sinergia de la colaboración y quedaría, a veredicto de toda la ciudadanía, la posibilidad de fusionarse en un único partido de cara a unas elecciones generales.
De estas tres circunstancias, la más incierta es la
segunda, ya que se han creado recelos personales, que no políticos, que
dificultan el que se vuelva a reiniciar la negociación. En cualquier caso,
aunque al final no se llegue a un acuerdo, habrá merecido la pena todo esfuerzo
realizado en la dirección de buscar la colaboración entre UPyD y C,s. Esto
siempre será positivo.
También podría ocurrir que una vez que la
dirección de UPyD se decidiera a buscar el acuerdo, este fuera rechazado por
C,s, pero incluso en este caso el esfuerzo merecería la pena, ya que aclararía
la situación y los ciudadanos tendrían claro a qué atenerse.
Ante la situación de que, desde la dirección de UPyD,
no se acabe de tomar la decisión de afrontar las negociaciones con C,s para
organizar una candidatura conjunta, a pesar de las señales en esa dirección,
habrá que realizar acciones tendentes a facilitar que esa decisión se produzca
o, en último extremo, que obliguen a tomar esa decisión.
Quiero entender que a la dirección de UPyD le sería
más fácil tomar la decisión de solicitar el reinicio de las negociaciones con
C,s, si fuéramos capaces de conseguir que se visualizara que el apoyo a esa
iniciativa es mayoritario entre afiliados y simpatizantes.
Para conseguir esta visualización habría que trabajar
a través de las redes sociales y realizar las siguientes acciones:
1.
Agrupar en
un mismo sitio a todos aquellos afiliados y simpatizantes que ya apoyan
públicamente una iniciativa de este tipo o similar, para que se
conviertan en referencia de los demás.
2.
Difundir
esta iniciativa a través de todos los grupos en los que tengamos presencia y
sean proclives a la misma, dando como referencia el grupo anterior.
3. Dirigir a todos los correos
oficiales de UPyD la iniciativa, explicando que, por encima de UPyD y
C,s, quien se beneficia de la colaboración son los ciudadanos españoles. Cuando
hablo de correos oficiales me refiero a las diferentes
cuentas de correo de que disponen el CD, CP y los CT, Cl y delegaciones de UPyD. Con esta iniciativa se llega a la totalidad de la organización
de UPyD.
4. Crear a través de alguna plataforma
de votaciones una petición, dirigida a las direcciones de UPyD y C,s, de apoyo
a la colaboración entre ambos partidos. Esta petición estaría dirigida a la
sociedad en general y difundida a través de las redes sociales.
5.
Todas estas
iniciativas deberían propiciar un gran acto público de apoyo a la iniciativa.
Todo este proceso estaría enmarcado dentro de la idea
de que sería la dirección de UPyD la que, de buena voluntad, reiniciara las
negociaciones. Y a pesar de que no cuentan con mis simpatías ni con mi
aprobación, opino que siempre sería mejor que actuaran por su propia voluntad
política que no forzados por otras circunstancias. Al menos habría que lograr
que lo pareciera.
Y si no fuera posible el contar con esa buena
voluntad, habría que optar por otras medidas más coercitivas.
La vía que creo más adecuada es la de actuar
directamente ante los miembros del Consejo Político. No se trataría de hacer
uso de lo que nuestros Estatutos nos permiten, el presentar una iniciativa para
que sea debatida en el Consejo Político, si no de que los propios consejeros
propiciaran la convocatoria del Consejo Político para discutir la iniciativa.
Este procedimiento no está regulado en los Estatutos, (así como ningún otro que
escape al control del CD), pero dudo mucho de que el CD fuera capaz de impedir
la reunión del Consejo Político si esa reunión es solicitada por un número
considerable de consejeros. De acuerdo que el espectáculo que ofreció el
Consejo Político en le reunión del 6 de septiembre del pasado año no da pie a
muchas esperanzas, pero también es cierto que ahora las condiciones han
cambiado y los errores cometidos por el CD son difícilmente asumibles y muchos
consejeros no están en la misma situación que a la vuelta del verano pasado y
algunos critican abiertamente al CD.
La actuación
ante los miembros del Consejo Político conllevaría las siguientes tareas:
1.
Recopilar
sus direcciones de correo, twitter, facebook, etc., para hacerles llegar la
iniciativa.
2.
Crear un
grupo para coordinar a todos aquellos que apoyen la
iniciativa y gestionar y apoyar la convocatoria del Consejo.
Todas estas iniciativas, además de las dificultades
inherentes a sí mismas, tienen la dificultad del escaso tiempo en el que se
tienen que desarrollar y, tanto las medidas para forzar la buena voluntad como
las más coercitivas, deberían desarrollarse simultáneamente.
Soy consciente de que lo que propongo entraña muchas
dificultades y que las posibilidades de éxito son escasas, pero creo que
si nos empeñamos y trabajamos unidos, esas posibilidades empezarán a
materializarse y, compañeros y compañeras, cambiaríamos la política de España.
El reto es difícil pero apasionante.
Angel Milla
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