miércoles, 7 de enero de 2015

MI PROPUESTA




Como ya he expresado en numerosas ocasiones, soy un acérrimo defensor de la colaboración entre C,s y UPyD y me anima el leer comentarios y escritos de otros compañeros que también participan de dicha idea.
He participado en la iniciativa por un congreso extraordinario urgente y he prestado mi firma a todos los escritos que se han enviado al CD, pero considero que en estos momentos hay que tomar otras iniciativas que puedan tener una mayor influencia en la situación política de España. No pretendo dividir ni restar apoyos a otras iniciativas que intentan regenerar a UPyD sobre la base del manifiesto fundacional, si no todo lo contrario, pretendo dar motivos para una mayor unión poniendo en marcha una iniciativa que pueda generar un amplio apoyo.
Aunque la actitud del Consejo de Dirección  me inclina más por el enfrentamiento y por dar a conocer el autoritarismo y la falta de democracia interna en UPyD, la proximidad de las elecciones y el daño que se causaría a los ciudadanos españoles, si UPyD no es un actor principal en el nuevo escenario político que se adivina en el futuro próximo, me inclina  a decidirme por buscar la colaboración entre UPyD y C,s.
Esta iniciativa, no solo no es excluyente con la necesidad de un congreso extraordinario, si no que conduce directamente a él. Si los resultados electorales ratifican la colaboración entre C,s y UPyD, será inevitable un congreso extraordinario que deberá analizar la posible fusión de ambos partidos. Y si no se alcanza la colaboración entre ambos partidos y se concurre por separado, los malos resultados que se pronostican para UPyD nos abocarán a un congreso extraordinario y urgente para recomponer el partido ante las elecciones generales.
Como escribí hace unos días, creo que es el momento de intentar que esa colaboración de materialice.
Y creo que es el momento por las siguientes razones:
  • - Estamos en un año electoral y las perspectivas no son buenas ni para UPyD ni para C,s, más allá de que las direcciones de ambos partidos puedan considerar un éxito obtener más votos el uno que el otro. Pero en solitario no dejarán de ser minoritarios y con escasa capacidad de influencia real sobre el sistema político de España
  • - Después de abandonar las negociaciones con C,s y renegar de ellas, parece que algún cambio se ha producido en la forma de pensar del CD, como prueban esas declaraciones de UPyD Catalunya, dando un primer paso y proponiendo un pacto que, en principio, sería de alcance autonómico, pero que en lógica política invita a pensar en que se podría extender al resto de España.
  • - Las fechas de las próximas elecciones municipales todavía dejan margen para la presentación de listas conjuntas. Listas conjuntas que se podrían confeccionar fusionando las listas de C,s y UPyD con algunas reglas más o menos simples. De este modo quedaría claro a qué partido pertenece cada edil elegido e ideológicamente estamos tan cercanos, mal que les pese a algunos, que no debería ser tan difícil la colaboración. Así se aprovecharía la sinergia de la colaboración y quedaría, a veredicto de toda la ciudadanía, la posibilidad de fusionarse en un único partido de cara a unas elecciones generales.
De estas tres circunstancias, la más incierta es la segunda, ya que se han creado recelos personales, que no políticos, que dificultan el que se vuelva a reiniciar la negociación. En cualquier caso, aunque al final no se llegue a un acuerdo, habrá merecido la pena todo esfuerzo realizado en la dirección de buscar la colaboración entre UPyD y C,s. Esto siempre será positivo.
También podría ocurrir que una vez que la dirección de UPyD se decidiera a buscar el acuerdo, este fuera rechazado por C,s, pero incluso en este caso el esfuerzo merecería la pena, ya que aclararía la situación y los ciudadanos tendrían claro a qué atenerse.
Ante la situación de que, desde la dirección de UPyD, no se acabe de tomar la decisión de afrontar las negociaciones con C,s para organizar una candidatura conjunta, a pesar de las señales en esa dirección, habrá que realizar acciones tendentes a facilitar que esa decisión se produzca o, en último extremo, que obliguen a tomar esa decisión.
Quiero entender que a la dirección de UPyD le sería más fácil tomar la decisión de solicitar el reinicio de las negociaciones con C,s, si fuéramos capaces de conseguir que se visualizara que el apoyo a esa iniciativa es mayoritario entre afiliados y simpatizantes.
Para conseguir esta visualización habría que trabajar a través de las redes sociales y realizar las siguientes acciones:

1.   Agrupar en un mismo sitio a todos aquellos afiliados y simpatizantes que ya apoyan públicamente una iniciativa de este tipo o similar, para  que se conviertan en referencia de los demás.
2.   Difundir esta iniciativa a través de todos los grupos en los que tengamos presencia y sean proclives   a la misma, dando como referencia el grupo anterior.
3.   Dirigir a todos los correos oficiales de UPyD la   iniciativa, explicando que, por encima de UPyD y C,s, quien se beneficia de la colaboración son los ciudadanos españoles. Cuando hablo de correos oficiales me refiero a las diferentes cuentas de correo de que disponen el CD, CP y los CT, Cl y delegaciones de UPyD. Con esta iniciativa se llega a la totalidad de la organización de UPyD.
4.   Crear a través de alguna plataforma de votaciones una petición, dirigida a las direcciones de UPyD y C,s, de apoyo a la colaboración entre ambos partidos. Esta petición estaría dirigida a la sociedad en   general y difundida a través de las redes sociales.
5.   Todas estas iniciativas deberían propiciar un gran acto público de apoyo a la iniciativa.

Todo este proceso estaría enmarcado dentro de la idea de que sería la dirección de UPyD la que, de buena voluntad, reiniciara las negociaciones. Y a pesar de que no cuentan con mis simpatías ni con mi aprobación, opino que siempre sería mejor que actuaran por su propia voluntad política que no forzados por otras circunstancias. Al menos habría que lograr que lo pareciera.
Y si no fuera posible el contar con esa buena voluntad, habría que optar por otras medidas más coercitivas.
La vía que creo más adecuada es la de actuar directamente ante los miembros del Consejo Político. No se trataría de hacer uso de lo que nuestros Estatutos nos permiten, el presentar una iniciativa para que sea debatida en el Consejo Político, si no de que los propios consejeros propiciaran la convocatoria del Consejo Político para discutir la iniciativa. Este procedimiento no está regulado en los Estatutos, (así como ningún otro que escape al control del CD), pero dudo mucho de que el CD fuera capaz de impedir la reunión del Consejo Político si esa reunión es solicitada por un número considerable de consejeros. De acuerdo que el espectáculo que ofreció el Consejo Político en le reunión del 6 de septiembre del pasado año no da pie a muchas esperanzas, pero también es cierto que ahora las condiciones han cambiado y los errores cometidos por el CD son difícilmente asumibles y muchos consejeros no están en la misma situación que a la vuelta del verano pasado y algunos critican abiertamente al CD.
La actuación ante los miembros del Consejo Político conllevaría las siguientes tareas:

1.   Recopilar sus direcciones de correo, twitter, facebook, etc., para hacerles llegar la iniciativa.
2.   Crear un grupo para coordinar a todos  aquellos que apoyen la iniciativa y gestionar y apoyar la convocatoria del Consejo.

Todas estas iniciativas, además de las dificultades inherentes a sí mismas, tienen la dificultad del escaso tiempo en el que se tienen que desarrollar y, tanto las medidas para forzar la buena voluntad como las más coercitivas, deberían desarrollarse simultáneamente.
Soy consciente de que lo que propongo entraña muchas dificultades y  que las posibilidades de éxito son escasas, pero creo que si nos empeñamos y trabajamos unidos, esas posibilidades empezarán a materializarse y, compañeros y compañeras, cambiaríamos la política de España. El reto es difícil pero apasionante.
Angel Milla

No hay comentarios:

Publicar un comentario